Profundo y doloroso viaje hacia el interior de un hombre desolado que, tras la muerte de su hermano debe revisar algunas relaciones, con su familia, con su ex mujer, con su entorno. Ese regreso a su pueblo natal lo expondrá a un sinfín de emociones, las que, tal vez, aún no pueda manejar, o no quiera.
En su tercera película Kenneth Lonergan explora el universo de un hombre (Casey Affleck) sin concesiones, con una manera de registrar todo cuasi documental, con cámara nerviosa que recorre los espacios sin detenerse en imágenes bellas, al contrario, tal vez la música incidental le juegue en contra como así también algunos flashbacks que en vez de sumar, restan. Así y todo “Manchester junto al mar” es una de las más sólidas propuestas del cine americano reciente.