Hace tiempo que asistimos al infinito aggiornamento de la vieja mansión embrujada. Antes era una excursión de turistas temerarios o adolescentes aburridos los que entraban a un castillo abandonado o una casa derruida sin aviso alguno de los males que allí los esperaban. Ahora son los youtubers las nuevas estrellas de esas viejas maldiciones, atrapados por voluntad propia en las fauces de la fama y el terror. Sirviéndose de la tiranía de la cámara en mano, la alemana El manicomio, de Michael David Pate, copia la fórmula con un toque autóctono (hospital en Berlín, experimentos nazis), sin demasiadas innovaciones, pero convincente al explorar la locura contemporánea.