De Niro,de toro salvaje a entrenador
Treinta y seis años después de su hit con Martin Scorsese, el actor vuelve a protagonizar otro film de boxeo pero, naturalmente, ahora como el veterano segundo de “Mano de Piedra”.
Luego de "Toro salvaje" de Scorsese, la carrera de Robert De Niro siempre estará vinculada de algún modo con el boxeo. No por nada se enfrentó al mismísimo Sylvester Stallone en "Ajuste de cuentas" y, del mismo modo, se entiende que ahora en "Manos de piedra" tenga un papel protagónico aunque sólo como entrenador del boxeador panameño Roberto "Mano de piedra" Durán, interpretado por Edgar Ramírez. Pero en un punto el énfasis en el personaje del entrenador Ray Arcel, que maneja la carrera de un hito del box, tiene sentido ya que muchas de las escenas más interesantes y logradas de "Manos de piedra" transcurren fuera del ring, y se refieren tanto al negocio del box como a la evolución histórica de Panamá, sin olvidar, por supuesto, los crudos detalles biográficos sobre Roberto Durán.
La película tiene atractivos, empezando por el enfrentamiento de Durán con su archirrival Sugar Ray Leonard (lograda composición de Usher Ray), pero lamentablemente no logra ganar por knock out debido no sólo al no dedicarle suficiente tiempo de las casi dos horas de metraje a lo que debería ser más importante, es decir las peleas en si mismas bien filmadas, pero no muy imaginativas-, sino sobre todo a un guión fluctuante que no conduce bien el ritmo narrativo y enfoca y abandona personajes secundarios durante todo el film. Justamente hay un muy buen elenco con nombres como el de John Turturro y Rubel Blades que, si bien aportan su talento al film, podrían estar más aprovechados.
Por otro lado, las actuaciones de De Niro y Ramírez son muy convincentes, y la película está llena de imágenes dignas de verse, sobre todo en lo que tiene que ver con las secuencias panameñas y la ambientación de época, en la que participó intensivamente el mismo equipo de artistas de efectos especiales de "El secreto de sus ojos".