Golpear duro
"Manos de piedra" cuenta la historia de cómo el legendario Roberto Durán y su mítico entrenador, Ray Arcel, se conocieron para cambiar sus vidas. Sin duda es una buena opción para los amantes del género deportivo en pantalla grande, pero también de los que disfruten de una buena película de supervivencia y épica.
El cine se ha encontrado con el boxeo en numerosas ocasiones, pues el subirse a un ring implica un intenso drama de vida y muerte en forma casi literal, porque el púgil por lo general es alguien que nunca tuvo nada -es un deporte típico de las llamadas "clases bajas"- y lo quiere todo. Este precepto ha sido emulado en la pantalla grande desde siempre, creando historias completamente ficticias o también narrando vidas, triunfos y caídas de verdaderos boxeadores. Es el caso de Roberto Durán, alias "Manos de piedra", cuyo apodo le puso nombre al filme que cuenta su biografía. Durán se crió en las calles, fue el rey, fue un Robin Hood y un ser tan amado como odiado, pero nunca pasó inadvertido. Es por ello que valía la pena el relato que estuvo a cargo del director venezolano Jonathan Jakubowicz.
El hecho de que el director sea latinoamericano, es un acierto, pues destaca puntos esenciales de la idiosincrasia panameña/latina, que son carne en la personalidad de Durán. Muchos diálogos son en castellano y eso también es aplaudible tratándose de una producción hollywoodense. Desde el punto de vista del entrenador Ray Arcel (Robert De Niro) conocemos a Roberto (Édgar Ramírez, también venezolano), que tras ver al joven en una pelea decide salir de su retiro -la mafia lo obligó a jubilarse-, para ser su nuevo coach. En una ida y vuelta constante, veremos la dura infancia del panameño y una crianza entre las cuerdas que lo sacó de los problemas, para encontrarnos nuevamente con su vida profesional. En el medio saltarán los rasgos históricos del país en el que se crió, con un profundo odio hacia los yanquis, por adueñarse del canal. Con una gran performance de De Niro, una de las pocas destacables de los últimos años, y la buena presentación de Usher, como su contrincante, y amigo Sugar Ray Leonard, el filme es entretenido, aunque tropieza y se hace complejo innecesariamente en varios segmentos, en los que las escenas van del drama a la comedia de un segundo a otro.
"Manos de piedra" sin duda es una buena opción para los amantes del género deportivo en pantalla grande, pero también de los que disfruten de una buena película de supervivencia y épica.