La mera noción del hecho de que el director y productor de la saga de “El señor de los anillos”, Peter Jackson, haya participado en la adaptación cinematográfica (que tendrá varias partes) de un libro llamado “Máquinas mortales” de Phillip Reeves, se puede traducir en una suposición: veremos batallas épicas. Efectivamente, habrá guerra y el elenco protagonista estará compuesto por Hera Hilmar, Robert Sheehan y Hugo Weaving.
Si bien no hay una referencia temporal clara, se establece que la trama se desarrolla en el año 3000 aproximadamente, en un mundo post-apocalíptico. La sociedad moderna se vio destruida por el uso de armas nucleares, y a pesar del avance cronológico, no aparenta en absoluto ser un ambiente futurista: ya lo adelantó Einstein cuando dijo que no sabía cómo sería la tercera guerra mundial, pero que la cuarta sería con palos y piedras. En cierto punto, aquella frase se ajusta a este mundo, donde las ciudades funcionan sobre máquinas y se alimentan unas de otras para subsistir. Thaddeus Valentine (Hugo Weaving), líder de Londres, busca llevar a cabo un ataque conspirativo, mientras que Hester Shaw (Hera Hilmar) y Tom Natsworthy (Robert Sheehan) intentarán frenarlo al darse cuenta de los planes que el líder tiene.
Las actuaciones en este film dejan mucho que desear. Salvo Weaving, de trayectoria intachable, el resto no se encuentra a la altura de lo que prometía ser una gran película. Hay diálogos que quieren ser inteligentes, pero se quedan en un intento aburrido y hasta básico. A su vez, la dirección de esta película no acompaña: hay planos innecesarios e imágenes que alimentan el cliché de lo bélico, que ya quedó fechado y es hasta infantil su uso.
En cuanto a la idea de la historia, era un material para generar un producto mucho mejor. La inclusión de Peter Jackson para escribir el guion y participar en la producción, apuntaba a la búsqueda de batallas épicas y esta película lo logra. Hay escenas muy bien armadas e interesantes en cuanto a los efectos visuales. Sin embargo, la trama queda enmarcada dentro del inicio de una saga. Falta desarrollo, no sólo de personajes como el de Weaving, sino de conflictos.
“Máquinas mortales” fue un intento de belicosidad que, en ese aspecto, surte efecto dada su mega producción. No es así en cuanto a su trama ni a las actuaciones. Quizás, ésta fue una adaptación hasta infantil de un libro que quedará para el análisis hasta qué punto fue representado fielmente. Habrá que ver si tendremos una segunda parte, porque en caso contrario, esta película será un fracaso.