Inexplicablemente ni la producción de Peter Jackson logra salvar el pastiche presentado por Christian Rivers, un remix de ideas y propuestas ya vistas en plan distopía juvenil que necesita reforzar con ralentis, efectos visuales y toda una parafernalia de “homenajes” una narración errática que termina perdiéndose en ideas de manual (enemigo/amigo de Schmitt, por ej.) aburridas y viejas.