Cuando suena la campana...
En el extraordinario documental When We Were Kings, que cuenta la pelea de 1974 entre Cassius Clay y George Foreman desarrollada en Zaire, entre tanto jolgorio y manifestaciones a favor o en contra de los boxeadores, se deja ver una mirada particular sobre el deporte, especialmente, cuando el trabajo de Leon Gast refiere al pan y circo que rodeó al enfrentamiento que ganó el irrepetible Muhammad Alí.
En el extraordinario documental When We Were Kings, que cuenta la pelea de 1974 entre Cassius Clay y George Foreman desarrollada en Zaire, entre tanto jolgorio y manifestaciones a favor o en contra de los boxeadores, se deja ver una mirada particular sobre el deporte, especialmente, cuando el trabajo de Leon Gast refiere al pan y circo que rodeó al enfrentamiento que ganó el irrepetible Muhammad Alí. En algún punto, Maravilla, la película es un pariente menor de aquel documental que obtuvo el Oscar, ya que la película de Cadaveira elige dos focos de interés que se entrecruzan de manera permanente. Por un lado, la descripción de la vida de Martínez, desde sus comienzos hasta su ida a España y desde sus primeros triunfos en tierras ajenas hasta su consagración como campeón del mundo en septiembre de 2012 al ganarle por puntos a Julio César Chávez Jr., con paliza y suspenso al final. En ese segmento, el documental rinde culto al personaje, con su hablar cada vez más parecido al "Latino" de Capusotto, a través de un montaje de planos que descansa en una estentórea pirotecnia visual alternada con entrevistas a cámara. Cuando los quince rounds establecidos para el combate se aproximan, el film bucea en el entretejido del boxeo como espectáculo, dejándoles la palabra a representantes de pugilistas, personajes con mucho dinero en los bolsillos (entre ellos, el “histórico” Don King), a los mismos contendientes y al padre de Chávez, un gran boxeador y un lengualarga de aquellos. Dentro de esos dos ejes se maneja el director para contar un documental que tiene bastante de institucional publicitario sobre Maravilla, un púgil al que el reconocimiento le llegó tarde y que carga con lesiones varias que lo aquejan para su próximo enfrentamiento del 7 de junio por la defensa del título mundial. En esos momentos en los que Maravilla narra sus dolencias, la película encuentra un costado humano que sustituye a los fuegos artificiales de la edición final. Las escenas de la pelea entre Martínez y Chávez, eso sí, filmadas al detalle con uso y no abuso del ralenti, complacerán a los fanáticos del boxeo, y también, a aquellos que no defienden tanto al deporte.