Uno podría esperar algo peor, realmente, de este documental sobre el boxeador argentino más popular del último bienio. Por suerte, la película no carga (demasiado) las tintas nacionalistas ni lleva las cosas a la hagiografía vergonzosa. El problema es que Maravilla, como personaje de cine, no es extraordinario y su historia es una más en el mundo del deporte, una que se parece a muchas y que no encuentra, en el film, un motivo para quedar en la memoria.