Las razones por las que un director decide tomar un tema en particular para desarrollarlo como su ópera prima son tan subjetivas, que el mismo Juan Pablo Cadaveira confesó haber elegido a Sergio "Maravilla" Martínez, porque su historia reunía todos los elementos que un buen documental debe tener.
Su recorrido tanto de vida como boxístico, su presente y la resolución de un conflicto que debía de alguna manera seguirse minuciosamente para alcanzar el momento en el que se abordara con todas las de la ley. Los elementos que atrapan, están en ese recorrido de vida presentes y eran una invitación al espectáculo.
Hay que decir que Cadaveira no equivoca el rumbo y se adentra en los pormenores de la vida del hombre, detrás de los guantes. Un hombre cuya motivación es alcanzar sus sueños, que lucha cuerpo a cuerpo con entereza y determinación en un ring, sostiene sobre sus manos un premio obtenido con la grandeza requerida y que luego, por sucesos que el film describirá bien, habrá que recuperar.
Obran de testimonio una sucesión de videos caseros, en el que se pueden observar las muchas batallas ganadas con gran potencia por el púgil, como así también el relato de familiares y diversas personas de su entorno profesional. El registro, rico en prolijos y equilibrados recursos técnicos, deja su huella en el desarrollo del documental, que fluye con una soltura atrapante, no solo por la historia elegida, sino también por el modo en el que está narrado.
Un retrato claro y secuenciado del boxeador desde su infancia en Quilmes hasta los rings internacionales, le aportan el ritmo que acompasa a la carrera de Sergio "Maravilla" Martínez. Pero cuidado, nadie puede permanecer frente al boxeo, inocente.
Bien es sabido, que este deporte que ofrece espéctaculo, se sostiene por el suculento negocio que mueve la televisión y los negociados están a la orden del día. Esta trama ofrece una gama de grises que condicionan muchas veces la carrera y dejan claramente la voluntad y el deseo del propio boxeador en segundo plano. Promotores, representantes, apostadores y cadenas de cable pay-per-view conforman ese mundo detrás del deporte, que termina influenciando el cómo y porqué deben o no realizarse las contiendas.
El punto de partida queda bien señalado en este film, cuando el argentino, tras ganar el título mundial de peso mediano con puño y determinación en un ring, por un 'artilugio' legal que cubrió con un espeso manto de dudas a la CMB, fue despojado del mismo. Para los que no recuerdan el incidente, su corona termina en manos de Julio César Chávez Jr, hijo del famoso boxeador de mexicano, además de ser ahijado de José Sulaimán, quien fuera el presidente del CMB durante tres década hasta enero pasado, fecha en que falleció.
"Maravilla, la película" cuenta con todos lo elementos que asegurarán el disfrute de quienes estén afines a este deporte, pero también, logra conectar al espectador menos cercano al mundo pugilísitico, (sobre todo al argentino) con este derrotero de obstáculos que va superando Sergio y por las injusticias que irá viviendo en este proceso. Juan Pablo Cadaveira, con gran profesionalismo, destaca los valores, la perseverancia y el respeto, la nobleza de la persona, deja al desnudo al hombre, permitiéndonos descubrir un deportista con cualidades que merecen ser mostradas. Un hombre inteligente que pone en práctica una enorme flexibilidad en pos de sus metas.
Nunca dejamos de ver la caída, pero el énfasis esta puesto en la hidalguía con la que él se levanta una y otra vez. Nos hace creer que no solo vale la pena luchar por los sueños, por lo justo, sino que también saber esperar el triunfo que llega de mano del esfuerzo y la constancia.
Para los adeptos al boxeo, tengo que decirles, vayan eligiendo sus butacas, este es un documental que tienen que ir a ver, el final está repleto de la tensión y el vilo que genera toda gran pelea, y para los que no lo son, los invito a conocer mas, sobre cómo y quién es "Maravilla Martínez, digno representante de nuestro país en el mundo.