Una historia de mujeres en la que prevalece el amor, el riesgo y las nuevas conquistas es la que dispara la nueva película de la guionista y directora cordobesa Liliana Paolinelli -Por sus propios ojos, Lengua materna y Amar es bendito-, quien explora los vericuetos sentimentales de una mujer madura.
Margen de error narra la historia de Iris -en una destacada labor de Susana Pampín-, una mujer que está en pareja desde hace más de veinte años y cuyo mundo cambia cuando una joven tucumana -Camila Plaate-, hija de una amiga, se instala en su casa e intenta probar suerte en Buenos Aires.
Entre un cumpleaños, salidas amistosas y los preparativos de casamiento de una pareja amiga en una estancia, la película retrata a un grupo de amigas lesbianas que se ven con continuidad y mantienen el vínculo más allá de algunas diferencias y conflictos.
Iris empieza a sentirse distante de la relación que durante tanto tiempo le dio estabilidad emocional y la aparición de la jovencita, sobre quien posa su mirada, agita su corazón y también siembra el caos.
La realizadora cuenta una historia sencilla, narrada entre el drama y situaciones graciosas, pero mantiene siempre la mecha encendida del deseo. En ese sentido, el filme funciona por el retrato minucioso de los personajes y por las actuaciones de la dupla protagónica, además de la presencia de Eva Bianco, la pareja de Iris en la ficción, quien impone su máscara de sospecha, silencio y entrega eterna.
La historia también trae una subtrama de celos que desemboca en violencia, secretos compartidos y palabras no dichas, y está atravesada por el paso de los años y el choque generacional entre la mujer madura cuya actitud proteccionista para con la chica se transforma a lo largo de la propuesta, entre paseos por la ciudad y a la espera de respuestas vía e-mail.
Los roles secundarios aportan buenos momentos a esta película atendible que habla sobre los afectos y las sorpresas emocionales que aguardan en cada esquina.