Empiezo a buscar algunos materiales sobre esta película de la cantante de ópera María Callas estrenada el jueves pasado, y encuentro que en noviembre de 2018 se estrenó en Londres un espectáculo único: María Callas, tal vez la más grande, revivía a través de un holograma proyectado con láser sobre el escenario del London Coliseum acompañada en directo por 50 músicos de la Royal Philharmonic Orchestra. El 20 de marzo este espectaculo podrá disfrutarse en Buenos Aires en el Gran Rex. Una fantasmagoría creada por BASE Hologram, empresa que planea para este año algo similar con Amy Winehouse.
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El documental Callas by María del francés Tom Volf convoca en Buenos Aires a melómanos, fanáticos y curiosos en el contexto de una cartelera tan pobre que La Capitana Marvel se lleva más del 80 % del publico de salas.
Pero no todo está perdido y asistir al cine Lorca un sábado a la noche y estar en una sala llena de un público entusiasta da algo de aliento. Mucho silencio y atención en este documental en el que asistimos al retrato de una de las divas más grandes del siglo XX, de esas que ya no hay, se escucha por ahí.
De esas divas que de tan divas difícilmente podamos verlas en algún momento sin la máscara que le da el pesado maquillaje, sus rasgos griegos, ojos negros, cejas gruesas, nariz pronunciada. Callas es María, pero antes que nada es Callas: una joven exigida por su madre desde pequeña que confiesa que el máximo logro de una mujer es tener un marido y ser madre. Pobre mujer decimos (?) y creemos que en realidad no lo es tanto. Luego, un marido millonario 30 años mayor que ella, un romance con Aristóteles Onassis uno de los hombres más ricos de la época, y la tristeza y soledad de la fama y el éxito. Callas nunca deja de ser Callas, acusada de caprichosa, malhumorada, un famoso episodio durante la cancelación de su concierto en Roma por una repentina bronquitis la hace caer en una mala prensa inaudita o el fin del contrato con el Met de Nueva York comienzan a darle fama de mujer difícil. En pleno momento de la sociedad del espectáculo: Callas entendía sus procedimientos, el diálogo con la prensa, la salida y entrada de sus actuaciones, las bajadas por las escalerillas de los aviones, las entradas a los autos, las salidas de los autos. Una gran parte del documental recurre a este tipo de imágenes de pasaje donde el misterio le gana a lo real, y la fugacidad a lo humano.
Esa mujer que se niega a deshonrar una sola nota del Bel Canto de un Bellini o un Donizetti o un Rossini con su ronquera o su hilo de voz, esa mujer que se entera por los periodicos que el gran amor de su vida se casa con una de las mujeres más poderosas (y tambien más indefensas) de la tierra;
Anécdotas, entrevistas de tv, imágenes que se evidencian a través de enorme cantidad de material de archivo. Callas by Maria es una película de archivo, apenas intervenida por el trataient de algunos de los fragmentos puestos en formato fotograma y por la voz impecable de Fanny Ardant que pone en primera persona las cartas de la Diva, pasajes que no dejan de ir de lo intimo a lo público. La investigación de archivo que hizo Volf detectó cerca de 10.000 fotografías, 400 cartas personales y 60 horas de imágenes en manos sobre todo de la madre y la hermana, herederas de la famosa soprano.
De la Scala de Milán a una fiesta en un circo; de la ópera de Paris a los escenarios de Tokyo, de conferencias de prensa a filmaciones caseras, del making off de la pelicula Medea (material imperdible con un Pasoloni a pleno) a las bambalinas antes o despues de salir a escena; de la dureza de los primeros años de ensayos a las vacaciones en un yate en el mar griego y la sonrisa amplia.
No hay minuto en que el icono María Callas deje de serlo, nunca rompe el cristal Tom Volf y hace un film para el melómano y para el que no, María Callas: En sus propias palabras no será un holograma pero es como si lo fuera y les aseguro que dignifica la alicaída cartelera porteña.