Las guionistas Helen Edmundson y Philippa Goslett (ambas debutantes en el cine), estudiaron numerosos textos teológicos e históricos, consultaron a distintos asesores e investigadores de diferentes religiones. Llega esta película dirigida por el australiano Garth Davis (“Un camino a casa”) que reivindica la figura de María Magdalena para mostrar a una mujer que predicó junto a Jesús.
Aquí desaparece eso de mostrarla como una prostituta lo cual no se afirma en la Biblia; aparece María Magdalena identificada así por el lugar de procedencia Magdala (Israel, citado en la Biblia en el Nuevo Testamento). Ella vivía allí con su familia, que entre otras cosas ya le había asignado un esposo.
Pero María de Magdala se sentida incomprendida y decidió seguir y ser un discípulo de Jesús, se la muestra como un valiente luchadora, que se impuso ante un mundo rodeada de hombres, en un entorno que no encajaba y en el cual quebró ciertas costumbres. Esta joven llena de bondad y ternura tiene ciertos dones, entre otros el de haber comprendido el mensaje del Hijo de Dios, además fue la primera persona a la que se apareció Jesús al resucitar.
Cuenta con la muy buena interpretación de Rooney Mara (“Carol”), quien le pone matices y expresa todos sus sentimientos a través de su mirada. Su rostro y expresión física, todo gira alrededor de ella y se complementa con el Cristo de Phoenix (“Ella”, “Gladiador”), a quien llaman el curandero, es muy buena su estampa, un ser azotado, atormentado y angustiado aunque en cuanto a los rasgos físicos estaban más acordes los de Jim Caviezel, aunque en este film el personaje principal es el de María Magdalena.
Dentro del elenco secundario se destacan: Chiwetel Ejiofor, Tahar Rahim, Denis Menochet, entre otros. Los rubros técnicos se encuentran muy cuidados, su ritmo es bastante pausado, una fotografía de luz tenue, con pocos colores, va más a los grises, azulados y ocres, los interiores sencillos, destruidos y exteriores rocosos, desérticos y despojados. La elección del vestuario es la apropiada, la música fue compuesta por Hildur Guðnadóttir y el islandés Jóhann Jóhannsson (este último fue su último trabajo falleció el pasado nueve de febrero a los 48 años).
Se rodo en Italia a lo largo de ocho semanas en las que se filmó en Matera (Cana en el film), Puglia (Jerusalén), Sicilia (Galilea) y en Nápoles haciendo pasar la Piazza del Plebiscito por el Templo de Jerusalén. Este es un film inquietante, emotivo, espiritual, humano e intimista.