Un pequeño romance
Una muchachita tímida, melancólica, que vende mapas en el subte, conoce a un chico apenas un poquito más grande, de buena apariencia, que hace malabares en el tren.
Ellos son como tantos otros que vemos distraídamente todos los días. La directora María Victoria Menis, la misma de "El cielito", hace que ahora nos detengamos a mirarlos de veras.
Su mansedumbre, los gustos sencillos, los anhelos, las alegrías compartidas, esos momentos hermosos de los primeros días de acercamiento entre dos que se están enamorando, la comprensión de la abuela, pero también la tristeza de lo incompleto, la felicidad que alguien se niega, las razones muy escondidas, vergonzosas, de una elección.
Ella es una alumna aplicada. La maestra la aprecia tanto que le ha gestionado una beca en la secundaria de la parroquia, para que siga estudiando. Pero cuando otra alumna aplicada se hubiera alegrado, ella apenas esboza un gesto de aceptación, como quien siente que en el fondo no podrá disfrutar de ese regalo. La historia termina con sonrisas, esto conviene aclararlo. Y con algunas renuncias, y otro regalo.
Ella vive en la Rodrigo Bueno, cerca de Puerto Madero y la Reserva Ecológica. El, con un poquito de suerte, ya podría ser de clase media baja. Pasean por ahí, visitan el Museo de Calcos y Esculturas de Costanera Sur, son inocentes. Linda, pudorosa como ellos, la escena de la primera tarde juntos.
Cuidadosamente estilizado, el momento de choque del pibe con el novio de la abuela, que no sabemos en qué trabaja. Un choque vinculado a "códigos barriales", como se dice fácilmente. Así también hay otros momentos, que no corresponde anticipar. Y secretos, que la autora sugiere claramente sin decirlos, así de delicada es la obra.
Intérpretes, María Florencia Salas, debutante, Diego Vegezzi, Mirella Pascual ("Whisky") en rol de abuela, Luciano Suardi. Para algunos tarda un poquito en arrancar. Pero vale la pena.