Marilyn

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

Un ambiente rural es el escenario en el que crece Marcos -Walter Rodríguez-, un adolescente que comienza a buscar su identidad frente a la hostilidad de un entorno complejo y conservador. Junto a sus padres -Germán De Silva y Catalina Saavedra- y hermano, Marcos regresa al hogar y es un buen alumno pero muestra más interés en los vestidos que arregla su madre que en ordeñar vacas y las tareas del campo.

Cautivado por el universo femenino y con la mira colocada en el carnaval del pueblo, Marcos irá forjando su personalidad acompañado de pocas palabras y mucha curiosidad. La narración de Martín Rodríguez Redondo, basada en hechos reales, se mueve con precisión entre la amenaza y la ola de robos de ganado que sufre la familia del joven y la humillación contra su persona por tratarse de un chico "distinto".

Después de Mía -2001-, una interesante y emocionante aproximación del cine nacional al mundo trans, Marilyn explora el tema de la ´busqueda de la identidad y se adentra en un choque de mundos distintos en el que no tarda en aflorar la violencia. 

El personaje central se muestra vulnerable y sólo pide ser querido mientras es cuidadosamente vigilado por su madre para que no caiga en la "tentación" de travestirse. De este modo, Marcos se va construyendo en este viaje de exploración que se encamina hacia la tragedia.

Su mundo, al menos al que él quiere pertenecer, reposa en su mejor amiga y confidente, y en la relación amorosa que inicia con un chico que atiende una despensa en el pueblo. La marcada diferencia de clases se hace presente en la historia -peones de campo y patrón-; chicos amenazantes en moto y una nueva oportunidad de créditos para viviendas, son algunos de los obstáculos que enfrenta Marcos, impulsado por un transparente Walter Rodríguez en un rol ambiguo y sobre quien pesa la totalidad del relato.