Una mariposa, criatura que simboliza el renacimiento y un nuevo comienzo, encarna el mundo de Romina y de Germán, un mundo que consiste en dos realidades paralelas. En una de ellas, crecen como hermanos que se desean y tratan de darle forma a su amor sin la realización sexual; en la otra son dos jóvenes que forman una amistad extraña en lugar de sucumbir a los sentimientos mutuos.