En Martirio Satánico tras escapar de su cautiverio, la pequeña Lucie es internada en una clínica. Terriblemente traumatizada y sin querer recordar nada de lo sucedido, encuentra su único consuelo en la amistad con otra interna, Anna. Quince años después, Lucie buscará venganza. Estamos ante una de las películas de horror más transgresora y polémica de los últimos tiempos. Los hermanos Goetz son los responsables de esta pesadilla fílmica, remake de una extrema producción francesa, una historia con un nivel de crueldad y saña pocas veces vista en la pantalla grande. La violencia es tan impactante como la puesta en escena es impecable. El guión es flojo, casi básico, pero la acción es trepidante y las imágenes horrorosas, por lo que apenas si dan tiempo a analizar el pobre argumento. Las actuaciones, tan creíbles, no hacen más que agudizar el suplicio al que nos someten los realizadores, una verdadera obra macabra que pese a lo explícito de la trama mantiene un halo hipnótico que apela al morbo. Por momentos pornográfica, por momentos obra maestra, es agobiante, oscura, incómoda y sangrienta por lo que resulta difícil quedarse indiferente ante su visionado. Solo para espectadores valientes, no impresionables y en búsqueda de experiencias cinematográficas macabras.