De la mano de los productores de El Conjuro y la detestable Annabelle, nos llega Martirio Satánico, basada en la cinta francesa de terror de 2008 originalmente titulada Martyrs, esta nueva versión intentará ponernos los pelos de punta, algo que muy pocas películas logran hoy en día.
Ella usó mi cabeza como un revólver
Martirio Satánico (Martyrs) está dirigida por los hermanos Michael y Kevin Goetz, su poca trayectoria como directores con tan solo dos películas –incluyendo esta– en su filmografía, se nota bastante en esta reversión de la cinta francesa, donde realmente no se sabe realmente si sus intenciones fueron las de hacer un film de terror, una puesta en escena dramática símil teatral con tintes sobrenaturales, o un requeche de todo un poco.
La cinta comienza con la pequeña Lucie escapando del lugar donde la tuvieron encerrada mientras la torturaban, a pesar de haber sobrevivido a tan sórdidos castigos, Lucie aún conserva resabios de las torturas que sufrió, y los demonios acechan en sus sueños durante la noche, afortunadamente para ella, en el orfanato en el que vive conocerá a Anna, quien será su soporte a lo largo de los años.
Troian Bellisario (Spencer Hastings de Pretty Little Liars) interpreta a una Lucie mayor, diez años después de los hechos narrados en el inicio de la cinta, las visiones producto de las crueles torturas sufridas de pequeña siguen estando presente en su vida, y es por eso que está decidida a encontrar a quienes la convirtieron en lo que es hoy en día y finalmente tomar venganza.
La actuación de Bellisario es lo más destacable de esta pobrísima cinta, tampoco es que estemos ensalzando su capacidad actoral aseverando esto, puesto que no hace falta tener demasiado talento para destacar frente a unas actuaciones del reparto totalmente estereotipadas. Todo se acentúa aún más cuando la cinta da un vuelco en su trama, y la protagonista pasa a ser Anna, quien está interpretada Bailey Noble (True Blood), lamentablemente para Noble, su gran belleza es indirectamente proporcional a su talento actoral.
Y no vamos a exagerar cuando afirmemos que Martirio Satánico tiene más gritos que diálogos, aún estamos tratando de descifrar si esto es bueno o malo, debido a que las líneas de los personajes son tan estúpidas y acartonadas que logran generar escozor en el espectador, y los cientos de gritos que se escuchan durante el metraje dejan sordo a cualquiera que se digne de ver esta propuesta, por lo que se recomienda visualizarla a un volumen considerablemente bajo, o en el mejor de los casos, con tapones de oídos.
Lo más sobresaliente de esta cinta son sus planos cortos buscando detallar las expresiones de los actores y los detalles de la escena, esta idea falla cuando nos topamos con las escenas de acción y los planos cortos hacen que la cámara se sacuda aún más al ritmo de los camarógrafos con Parkinson que filmaron esta cinta. Algo bastante común en la meca del cine.
A pesar de que en las postrimerías del film, el ritmo y la historia aumentan logrando que al fin el espectador se interese por la trama, esto no alcanza para levantar una cinta ya hundida totalmente gracias a sus defectos.
Conclusión
Actuaciones que pululan entre los extremos: totalmente falsos o sobreactuados, escenas de acción filmadas con camarógrafos con síndrome de Parkinson, diálogos insulsos, gritos ensordecedores al por mayor, trama poco creíble y estúpidamente justificada, ritmo displicente, aburrido y soporífero. Definitivamente contar las hojas del árbol del vecino será más satisfactorio que ver Martirio Satánico.