Lo primero que uno se pregunta al ver esta película es dónde está Hany Abu-Assad, un realizador que supo hacer maravillas como “Paradise Now” y “Omar” y que se desdibuja en esta obvia y almibarada historia de amor y supervivencia entre dos seres opuestos en medio de una catástrofe.
Si bien el tono del inicio acompaña a Kate Winslet e Idris Elba en sus flirteos, no hay química entre ambos, y las circunstancias que les tocan vivir tampoco son condición necesaria para luego empatizar con la supuestamente “entrañable” historia de amor que entre ellos surge. Gran despliegue de producción, efectos visuales y sonoros para recaer en el final en planos comprometidos de dudosa elección. Olvidable.