Un Paso al más allá.
Deliveradamente, la mayoría de la crítica farragosa y la pseudo "yo-las-entiendo-todas-porque-sé-mirar-cine", no se han puesto de acuerdo sobre esta última peli del viejo Clint, quién de haber entregado joyas superlativas como "Los puentes de Madison", "Río místico" o "Gran Torino", ahora integra su filmo con esta producción hecha casi por encargo, que si bien no puede encuadrarse dentro de lo mejor, tampoco es para el cajón de lo pésimo. Nunca, jamás, el ex-cowboy sin nombre de los viejos westerns-spaghetti ha entregado un bodrio. Con tan solo apreciar su marcación actoral -jamás un actor suyo está mal-, se sabe nada suyo es tan terrible.
El tema es un ir y venir del género "new age", el cual tiene un mayúsculo ejemplo de cine-asqueroso en aquella "Más allá de los sueños" (What dreams may come, 1998) que protagonizaba Robin Williams, y esa sí era un pésimo ejemplo tan burdo como mediocre. Aqui Eastwood toma tres historias en simultáneo con un psíquico, que ya no desea trabajar de ello (Matt Damon correcto actoralmente) en USA, un chico en Inglaterra, cuyo hermano gemelo ha muerto en un accidente y el de una periodista francesa exitosa que sobrevive a un Tsunami en el Océano Indico, asi estos personajes van por más respuestas de vida, e intentarán conexión con los dramas vivivos.
Un punto en contra es su excesiva duración, sin dudas con menos metraje el filme ganaba, con algunos plus como apariciones de figuras importantes: Marthe Keller, la actriz suiza en una intervención especial, y el shakespereano y recordado actor de la miniserie british "Yo Claudio", el sr. Derek Jacoby haciendo aquí de él mismo. No es de lo mejor de nuestro venerable actor/director de 80 años, y tiene mucho más de su productor Steven Spielberg. Esto último es indudable.