Más Fuerte Que El Destino: Es un héroe grande que pisa fuerte.
Una película llena de humanidad, con grandes actuaciones, una delicada dirección y con emociones clásicas del drama pero sin dejar de lado los oscuros ángulos de la vida.
El director de la nueva de Halloween que se estrena este año, David Gordon Green, sabe retratar los sucesos de la vida de forma natural y exquisita. Con Más Fuerte que El Destino lo logra de manera excelente. El cine norteamericano sabe tocar las teclas exactas para tocar una melodía triste y hacerte, como mínimo, tener tus ojos llenos de lágrimas a punto de escapar. EE.UU es un país golpeado por varios atentados en su historia, y han han utilizado el cine como catarsis para mostrar su “sobreviviente” de una tragedia, o el cómo los héroes emergen de estas situaciones trágicas.
En esta película biográfica las situaciones clichés de “El hombre débil que con toda su fuerza trata de seguir adelante” no aburren porque se alcanza a empatizar con el personaje al estar bien elaborado desde el principio. Porque las situaciones que le suceden son tan realistas como dolorosas, todo esto ayudado por el excelente guion de John Pollono (Tyler en This Is Us) basado en el libro del protagonista de la historia, Jeff Bauman. Él es tomado como un símbolo de esperanza para todos los estadounidenses luego de sobrevivir al atentado en la maratón de Boston en el año 2013. Esa sí que es una responsabilidad gigante.
El director logra todo esto al estar acompañado de estupendas actuaciones, como Jake Gyllenhaal que hace querible al personaje desde los pocos minutos de comenzar la película con su insistencia ante la mujer de su vida. El gran actor de Nightcrawler, Donnie Darko, Secreto en la Montaña, Prisoners y muchísimos más films, logra meterse en la vida y mente traumada de Jeff Bauman que sostiene la película, como sus piernas de titanio que lo sostienen a él. La mujer que lo acompaña, Erin Hurley, está interpretada por Tatiana Maslany, la mujer de las mil interpretaciones en Orphan Black, merecedora de muchos premios pero ignorada por muchos. Podríamos decir que al igual que Gyllenhaal.
La razón por la cual Bauman va hacia la maratón es por ella. ¿Cómo no sentir algo de responsabilidad dentro de todo ese horror y confusión que fue la bomba? Eso es con lo que tiene que lidiar Erin, que recuerda a la pareja del recientemente fallecido Stephen Hawking, en la película La Teoría del Todo (2014). Erin se tiene que hacer cargo de todo, soportando a la familia y sus discusiones, y algunas acciones inmaduras de Bauman.
Todo un caos es la familia de Bauman desde que es internado y durante el transcurso de la película. La que se destaca es la 2 veces nominada al Oscar por Tom & Viv (1994) y Damage (1992), Miranda Richardson que interpreta a la madre de Bauman llamada Patty. Ella es la alcohólica y madre soltera que trata de hacer lo mejor que puede con su hijo. Esa debilidad que oculta tras las bebidas seguramente Bauman lo habrá apreciado durante su vida, lo transcribió al papel, fue adaptado a una película y aquí lo vemos con claridad en pantalla.
¿Qué es ser un héroe? En esta época del cine en que los héroes vienen de otro planeta, o son modificados genéticamente, o tienen muchísima inteligencia, el ver a un joven en silla de ruedas sobreviviente de una masacre ¿lo hace héroe? Para mucha gente en Estados Unidos sí y esta película nos sumerge en esta disyuntiva. Las personas necesitan ese “modelo a seguir” que les recuerda o que les hace imaginar que podrían hacer eso, pero que la mayoría de las veces no realizan ni la mitad de lo que anhelan. Bauman lo sabe. Hasta para su familia él no debe mostrarse quebrado ante la situación que vive porque sino ellos caerán.
Ese símbolo de esperanza que es para las personas no lo puede romper porque se sentiría culpable de lo que el ¿destino? le propuso. Pero durante el trascurso de la película, este sentimiento se ve resquebrajado por la inmadurez y hasta a veces egoísmo en él, lo que hace este film mucho más realista que otros dramas de tragedias. Cualquier pensamiento que tengamos mientras vemos a Bauman entrar a una cancha de Hockey o Béisbol, o él sufriendo al recordar aquella explosión es clarificada hacia el final del film. En el clímax vemos lo que la mayoría de las personas ve, desde la charla profunda y emotiva con quien lo rescató, hasta el hombre que lo frena en la salida del estadio de Béisbol. Cuando una persona se te acerca a decirte lo que generas en él, te produce un tipo de conexión inevitable. Eso es lo que intenta este film, que lo logra con creces.