¿Perfectas según quién?
La actriz Elizabeth Banks toma el timón de este híbrido insulso llamado Ritmo Perfecto, película destinada al público teenager, ávido consumidor de música pop, que ya tuviera su primera aparición dejando en claro que muchas veces apostar al cinismo para lavar la mediocridad no es un buen negocio en el cine mainstream.
La premisa de la primera entrega de esta mezcla de musical Disney -anabolizado con High School Musical- y Fama tomaba como punto de partida el derrotero de un grupo de chicas, estudiantes de secundario, cuya pasión por la música a capela las unía y además dejaba que expresaran su personalidad en el canto, a pesar de los estereotipos de la cultura norteamericana. Ellas representan ese tipo de chica freak, es decir, la obesa, la asiática, la latina y todo aquello que escape a la media entre la popularidad y la marginalidad.
Estereotipos a granel, mezclados con chistes fáciles y mucha, pero mucha música pop en covers, sonaban durante todo el largometraje. Con coreografías incluidas y una performance de Anna Kendrick, arregladora de los temas que el grupo de Las Bellas entregaba a la concurrida audiencia.
Pensar en una secuela era prácticamente un hecho y no tardó en confirmarse este nuevo disparate con Más notas perfectas (2015). En esta ocasión, incorporando una nueva voz Hailee Steinfeld, además de plantear en la trama el tránsito hacia la adultez, porque las vocalistas están por recibirse y deben afrontar su futuro ya como adultas a las que el canto sólo las hermana en ese espacio, que dejarán de compartir.
Elizabeth Banks como directora debutante deja bastante que desear, aunque su personaje junto al siempre eficiente John Michael Higgins, como comentadores de lujo, aportan lo mejor del film.
El resto es más de lo mismo, pero esta vez con la incorporación de un certamen mundial de canto a capela en Dinamarca, donde Las Bellas buscarán la redención y así vencer al grupo Das Sound Machine, unos alemanes sensación por sus shows y parafernalia en el escenario.
Más notas perfectas (2015) seguramente sea bien recibida por aquellos fans de la franquicia, respetada por el público adolecente seguidor de toda cantante pop de turno y vilipendiada por quienes, a la cuarta canción, el quinto cover y el sexto chiste malo abran bien los ojos para encontrar la salida, del cine por supuesto.