Motosierra a la que no se le acaba la cuerda
Además de haber sido en su momento (1974), la producción independiente más redituable de la historia del cine, "La masacre de Texas" de Tobe Hooper no paró nunca de dar dividendos a través de secuelas y remakes que se ocuparon de seguir dándole carne que cortar a la motosierra de Leatherface, todo un ícono para los fans del gore.
Justamente uno de los aportes de esta secuela que retoma las cosas en donde quedaban en la última escena del film original es que finalmente logra que Leatherface tenga un comportamiento heroico.
La secuencia de créditos es un contundente resumen de los mejores y más crudos momentos del film de Hooper, continuados por un sólido prólogo que también sucede en 1974. Allí se muestra cómo los que rescatan a la única hippie no masacrada se indignan, y tomándo la justicia en sus manos al viejo estilo texano, van y masacran a toda la familia de psicópatas caníbales, sólo dejando viva para darla en adopción a una bebita que crece para convertirse en la sexy Alexandra Daddario, que ajena a su origen y empleada en una carnicería, exhibe un gran talento para cortar filetes.
Al enterarse de que es la heredera de una difunta abuela de sangre que no sabía que tenía, la prima de Leatherface no duda en viajar a a Texas con unos amigos juerguistas. Junto a las llaves de una impactante casona, un abogado le da una carta de su abuela con instrucciones especificas que debería leer de inmediato. Sin leer la carta, en cambio se va a comprar comida al pueblo, descuido terrible dado que obviamente Leatherface sigue vivo y motosierra en mano. Y ahora, además de seguir cortando en pedacitos a todo el mundo, quiere vengarse de quienes masacraron a su familia y que encima ya están listos para matar a su prima recién llegada.
La trama incoherente incluye toda la gama de bloopers cronológicos (la heroína tiene 20 años, pero la matanza de la que se salvó de bebé ocurrió cuatro décadas atrás) y desopilantes actos estúpidos de casi todos los personajes. De todos modos, esta "Texas Chainsaw 3D" nunca deja de resultar entretenida en su despliegue de ultraviolencia al por mayor con chorritos de sangre tridimensionales.
Lógicamente la estrella del 3D es la herramienta de Leatherface, casi siempre filmada para que amenace directamente al espectador, que aun cuando se pueda reír de los derrapes increíbles del guión, sin dudas terminará saltando aterrorizado de su butaca más de una vez por culpa de esta motosierra a la que nunca se le acaba la cuerda.