HACE FALTA PODAR
Han pasado 39 años del estreno de THE TEXAS CHAIN SAW MASSACRE (1974), el impactante film de terror (hoy de culto) dirigido por Tobe Hooper. En todo ese tiempo hubo varias secuelas, remakes y precuelas, pero la nueva entrega de la franquicia, MASACRE EN TEXAS 3D (TEXAS CHAINSAW 3D, 2013), les da la espalda a sus “hermanas” y se presenta como una secuela directa de la original. De hecho, la trama comienza con fragmentos que recuerdan lo sucedido al final de la primera película y avanza un poco más con los hechos: los habitantes del pueblo de Newt, enfurecidos cuando las matanzas salen a la luz, reaccionan incendiando la casa de la desquiciada familia Sawyer, a la que pertenece el asesino Leatherface, fanático de las motosierras, de las máscaras de piel humana y de cortar gente como si fueran carne para milanesas. Sin embargo, no todos los Sawyer mueren después del linchamiento: el linaje continúa vivo en una bebé, que es robada por uno de los pueblerinos que decidieron hacer justicia por mano propia. Los años pasan y la niña, a la que bautizaron Heather (Alexandra Daddario), crece sin saber sobre su pasado, aunque sospechando que hay algo raro y sin sentirse nunca parte de su hogar. Un día, la joven recibe la noticia de la muerte de una abuela a la que no conocía, y así se entera de que es adoptada. Luego del impacto que le produce la noticia, decide viajar junto a sus amigos a Newt, Texas, para recibir su herencia: una casona en medio de una zona despoblada. Allí descubrirá más sobre su identidad y nuevas muertes se producirán.
El hecho de que el título original del film haya obviado la palabra “Massacre” no parece menor: si bien se presentan un par de muertes violentas (ninguna que se destaque por su originalidad), MASACRE EN TEXAS 3D es una película que deja con ganas de más. Ni siquiera puede decirse que el guión funcione a modo de excusa para los momentos sangrientos, porque éstos no son tantos ni tan impactantes, y el 3D sólo se justifica por un par de momentos en los que la motosierra sale de la pantalla hacia los espectadores (como era de esperar). La trama es demasiado sencilla, con conflictos muy obvios y elementales (por ejemplo: enfrentamiento entre el sheriff “noble” y el alcalde), y está cargada de tópicos sobre la familia, además de que no existe preocupación alguna por construir los momentos tensos ni por darle peso dramático a los personajes. Tampoco convence la manera en que el film muestra (¡ALERTA DE SPOILERS! ¡ALERTA DE SPOILERS!) a los habitantes de Newt (y especialmente al alcalde) como los verdaderos “monstruos”: este cambio de enfoque lleva a que en el tercer acto el espectador se coloque del lado de Leatherface, quien insólitamente pasa a ser una especie de héroe, algo que va en contra de la esencia del personaje. (¡FIN DE SPOILERS!)
Con los años, en el árbol genealógico de la saga hubo ramas de todo tipo, algunas más torcidas que otra. MASACRE EN TEXAS 3D es un vástago pequeño y deforme, que brota hacia el lado incorrecto. Si sus intenciones son seguir creciendo, lo mejor será realizar una sana podada. Quizás aún estamos a tiempo de que aparezcan nuevos brotes, más vigorosos, que le hagan justicia a la semilla plantada por Hooper hace tantos años. Y sino, será mejor tener siempre a mano una motosierra.