No cabe duda de que el género del terror (más bien del horror, porque aquí las imágenes impactan en lugar de temerse) se ve bastante beneficiado por el 3D, especialmente cuando apela a la truculencia. Es extraño que esta nueva versión de El loco de la motosierra sea, a pesar de ello, mucho menos efectiva que la original de principios de los años 70, donde solo el sonido y el maquillaje quebraban al espectador. Funciona a veces, algunos horrores impactan y asusta mientras la luz esté apagada.