Masterplan

Crítica de Amadeo Lukas - Revista Veintitrés

Sorprende que este modesta comedia nacional, sin incluir actores renombrados (a excepción de alguna participación especial, como el estupendo Campi), sea lanzada por una distribuidora internacional de alta gama. Más allá que esté bien hecha y tenga puntos de contacto con otras producciones del género argentinas recientes, como Días de vinilo, El vagoneta en el mundo del cine, o Mi primera boda (en la cual también actúa el protagonista Alan Sabbagh), algunos hechos de la trama no se justifican demasiado ni están bien aprovechados. Aún así esta comedia de enredos que incluye toques grotescos y absurdos muy locales, contiene pasajes muy disfrutables, especialmente a través de su típico protagonista perdedor y de pésima estrella. Masterplan arranca con la idea de una estafa perfecta craneada por dos tipos presuntamente rebeldes y listos, una tramoya sin la suficiente elaboración como para salir bien, que desencadenará una serie de divertidos infortunios para el personaje principal. Luego el film presenta una segunda vertiente, que es el vínculo de él con un linyera freak (el delirante Andrés Calabria), que atrae sólo por momentos. La película alterna momentos de humor muy efectivos con otros no tan logrados, yasimismo las actuaciones son desparejas. Pero Alan Sabbagh se destaca claramente y lleva bien el peso expresivo y humorístico del film.