Los Levy no son los Coen ni tampoco los Zellner, pero empiezan a tejer una interesante filmografía en la cinematografía nacional. El humor que utilizan no es agresivo ni crítico, no pretenden innovar con el uso del absurdo ni salir de una línea de comedia surrealista o cínica. Masterplan es una obra afable, sencilla, simpática con humor efectivo, que posiblemente no sea ni original ni ingenioso, pero es notable como de una premisa tan minimalista, los Levy arman una obra personal, atrapante y honesta...