La risa franca
Los directores del documental Novias, madrinas, 15 años, Diego y Pablo Levy, abordan ahora el universo de la ficción con Masterplan, una comedia hecha y derecha en la que más allá de los buenos resultados que logran dejan en evidencia algo mayor: la ausencia de humor en buena parte del cine argentino. Eso convierte a este segundo film de la dupla en una película para recomendar.
Masterplan narra una historia casi anecdótica, sobre un tipo a punto de irse a vivir con su novia que se quiere mandar una avivada. Obviamente como ocurre en este tipo de películas donde un tipo simple se quiere mandar la gran estafa, todo le sale mal y eso termina descalabrando su mundo interno (y por ende el externo) hasta que consigue rearmarse y seguir con su vida, aunque desde otra posición.
Lo primero para señalar es lo dicho más arriba: es llamativo cómo este film, tan sólo por plantearse desde el inicio como una comedia hecha y derecha, gana por varios cuerpos por sobre unos cuantos ejemplos del cine nacional independiente (del que se exhibe en el BAFICI, por ejemplo, donde esta película se vio), que eluden las claves genéricas a favor de tocar ciertas teclas que por lo general garantizan premios en los festivales. A los hermanos Levy eso no parece preocuparlos.
Para contar ese algo tan pequeño (pero que no deja de tener su importancia), los directores le dan relieve a los personajes, construyendo con paciencia las situaciones y apuntando hacia la risa franca, en vez de a la media sonrisa o la risa cómplice. Es cierto que no consigue ajustar todas las piezas y que hasta le falta un poquito más de ambición para su cuento, pero también que crece junto a su protagonista, creando un mundo propio.