Dos ladrones novatos no tienen mejor idea que irrumpir en un torneo de póker clandestino y llevarse una enorme cantidad de dinero. Lo que estos buenos muchachos no tuvieron en cuenta es que los jugadores asaltados eran unos poderosos mafiosos, que harán lo imposible para castigar esta ofensa. Para eso convocan a Jackie Cogan (Brad Pitt), un parco sicario que mata a distancia porque odia tener que soportar el lamento de sus víctimas.