Una economía "asesina"!
Andrew Dominik dirige "Killing Me Softly", una de gángsters, adaptación de una novela de George V. Higgins, protagonizada por Brad Pitt, a quien ya había dirigido en "The Assassination of Jesse James by Coward Robert Ford".
En "Mátalos Suavemente", Brad Pitt, que se toma su tiempo hasta aparecer en pantalla, es un asesino contratado para buscar y encargarse de dos ladrones que parecen tener más suerte que talento y que acaban de robar una importante suma a una casa de juego clandestino.
La idea es plantear una metáfora (y crítica) sobre la crisis económica y financiera de los Estados Unidos pero el problema no es lo que se quiere decir, sino el hecho de que poco queda en el subtexto. Los discursos de la campaña electoral que se escuchan a lo largo de todo el film subrayan la premisa de una película que a nivel narrativo le falta mucho trabajo.
Pero Dominik dirige mejor de lo que escribe un guión, y estiliza la película de una manera, que si bien no es poco innovadora y por momentos recuerda demasiado al cine de Guy Ritchie, no deja de ser atractiva. Con escenas ralentizadas que no hacen más que pretender embellecer la violencia (así como lo hace Quentin Tarantino) y planos cuidados y correctos, algunas pecan de ser más largas de lo necesario, incluso varias de las más dialogadas, que a veces no aportan demasiado, casi rozando el tedio.
La banda sonora es bonita, con algún tema de The Velvet Underground (que suene el comienzo de Heroin en una escena en la que los dos personajes se están drogando es otro ejemplo de que todo lo que se quiere expresar está demasiado acentuado), Johnny Cash y hasta de Nico.
Además de Brad Pitt, el elenco protagónico que en su totalidad es masculino, está compuesto por James Gandolfini como un patético y borracho Mickey; Scott Mcnairy y Ben Mendhelson como estos ladrones que intentan sobrevivir en una sociedad que depende del dinero; Ray Liotta como una víctima de los malhechores; y Sam Shepard como la cabeza de los asesinos, Dillon.
Con ironía, humor negro, escenas de tensión y alguna sorpresa, Killing Them Softly es un film visceral, visualmente fascinante, pero que le falta intensidad y profundidad narrativa para que se convierta en una obra que perdure en el tiempo. La película es entretenida y sirve para pasar un buen rato, no mucho más.