Le tengo miedo a todo. A todos. A las sombras, a los cuerpos, a los besos.” Con una lograda trayectoria de cortometrajes a cuestas, y ya habiendo hecho un paso por los festivales de Cannes, Berlinale, Bafici y FICIC, la incipiente directora Agustina San Martín presenta ahora su ópera prima, “Matar a la Bestia”, estrenada en las últimas ediciones del Festival de Cine de Toronto y del Festival de Mar del Plata. La realizadora de “No hay bestias” (2015), “La prima sueca” (2017) y “Monstruo Dios” (2019) exhibe una distintiva impronta realista fantástica, la cual continúa y profundiza en su primer largometraje.
Tras la muerte de su madre, Emilia (Tamara Rocca), una adolescente de 17 años, inicia la búsqueda de su hermano perdido desde hace mucho tiempo en un recóndito pueblo cercano a la frontera de Argentina y Brasil. Arrastrando su valija por un camino de tierra, Emilia llega al lúgubre albergue de su tía Inés (Ana Brun), ubicado en el medio de la exuberante jungla fronteriza en donde, según la leyenda del pueblo, parece estar deambulando entre sus densos arboleadeados una peligrosa bestia que toma forma de diferentes animales para ensañarse con las mujeres locales. A partir de la llegada de la única y momentánea huésped del hostel, Julieth (Julieth Micolta), Emilia tendrá que enfrentarse a su pasado para matar a la bestia.
Enmarcada en una inmersiva atmósfera subtropical, húmeda y asfixiante, “Matar a la Bestia” retrata a modo de fábula regional el pleno despertar sexual adolescente bajo la represión patriarcal de la sexualidad femenina. Por medio de simbologías, del juego entre lo real y lo onírico, de silencios y de elipsis, se construye una incómoda tensión frente a lo incierto que, de por momentos, decae o pierde potencia bajo una desmedida monotonía a lo largo del film. No obstante, resulta una interesante puesta en la que se destaca la dirección de sonido y de fotografía por el minucioso trabajo en lo auditivo y en lo visual con el que logran construir, en conjunto, un íntimo y atractivo universo de experimentar, sentir y ver.