A sus 32 años Darío continúa viviendo con su madre Mecha, una abogada inescrupulosa y controladora. Lena y Celeste obstinadas por cumplir su deseo de ser madres salen un noche en la búsqueda desesperada de un donante. Las amantes consiguen quedar embarazadas tras violar a Darío. Mientras se espera el nacimiento del bebe y luchan por no ir a la cárcel, Dario descubre que puede hacer algo por sí mismo.