Otra secuela horrible, como corresponde.
Sabíamos que esto algún día pasaría, de alguna forma u otra se las iban a ingeniar para resucitar la saga THE MATRIX. La primera película de la franquicia es una joya que supo fusionar conceptos previamente vistos y presentárselos al publico mainstream, de hecho, fue el primer producto para «gente grande» que me morfe de pequeñito y que me llevo a considerar el cine como una forma de vida. Ahora tenemos éste revival, que cuenta con un porcentaje de regresos bastante alto, no tenemos a Laurense Fishbourne pero tenemos a un harapiento Keanu Reeves y a una Carrie Anne Moss que parece sacada de una publicidad de maduras calientes a kilometros de usted. Lana Wachowski, una de las directoras de la original, regresa también para coescribir y dirigir éste nuevo capítulo que, sin intención de sonar goma, admito que es innecesario, pero ¿Es esto un problema? RELOADED y REVOLUTIONS ya eran al pedo, dejaban en claro que la idea estaba planteada para UNA PELÍCULA, por ende sí, un concepto tan rico como el que crearon las Wachowski merecía ser tratado con mucho cuidado en vez de convertirse en una saga de acción pochoclera.
Thomas Anderson (Keanu Reeves), ahora un trastornado programador conocido por crear la exitosa trilogía de videojuegos MATRIX, empieza a cuestionarse su realidad cuando una serie de eventos podrían estarle dando a entender que los hechos de su obra pudieron haber sido reales y que toda su vida es una simulación creada para hacerlo olvidar que él es Neo, el único y verdadero elegido.
El concepto dicho como se los digo suena muy interesante, y lo es durante la primera mitad de la película, cuando se perciben dejos de originalidad cargados de comentarios meta que funcionan de crítica para la industria creativa contemporánea, ya que uno de los problemas del primer acto es que Thomas, quien sufre de «trastornos mentales», tiene un brote cuando le exigen que continúe la trilogía MATRIX, un comentario muy acertado e interesante. A esto se le suma la aparición de Tiffany (Carrie Anne Moss), una mujer casada con hijos a la que conoce en un bar y parece tener una conexión implacable, y de un nuevo Morfeo (Yahya Abdul-Mateen II), quien ahora es un programa de computadora basado en el original, interpretado en su momento por Laurence Fishbourne. La primera mitad de la película cuenta con unas elecciones visuales copadas, si se hubiesen limitado en jugar con la flasheada de QUÉ ES REAL? y con la historia de amor entre Anderson y Tiffany pudimos haber tenido una reinvención de MATRIX que se acople con la actualidad, pero no, en cierto punto todo lo interesante se va al pasto y caemos en el terreno de lo genérico.
A partir de la segunda mitad empiezan a errarle. El guión juega con nosotros de una forma bastante tramposa, hacen una crítica a la manipulación mediante la nostalgia, usando LITERALMENTE escenas de la película original como motor para convencer a Thomas de que es Neo, con flashbacks o diálogos replicados. El nuevo Morfeo es un desperdicio actoral, ya que el tipo pone lo mejor de el y cuando está haciendo una reinterpretación copada del personaje suelta un chiste referencial que queda mas fuera de lugar Ésto me lleva a otro comentario ¿Se acuerdan de los comentarios religiosos y filosóficos de la saga? Bueno, acá desaparecen, no vaya a ser cosa que ofendan a alguien, ahora eso es sustituido por una cantidad excesiva de humor Marvel, porque había que ir a lo seguro. La historia esta contada desde el punto de vista de Bugs (Jessica Henwick) una nueva heroína a la que menciono recién ahora porque no recordé su existencia hasta éste punto de la reseña, un personaje que ejerce lo que a mí me gusta llamar «el efecto Rey Skywalker», que consiste en un personaje malo pero interpretado por un actor carismático.
A nivel visual pasa lo mismo que con la historia, el principio es interesante y despues cae en terrenos genéricos dignos de Dominic Toretto. Ésto representa un problema mayúsculo ya que podremos tener mil temas en contra de las dos secuelas de THE MATRIX, pero no se puede negar que las escenas de acción la rompían, tenían unos laburos que iban mas allá de buena coreografías, sino que los movimientos de cámara complementaban los característicos efectos especiales de la saga. La actuación de Keanu Reeves es lamentable, todo lo que dice parecen eslogans depresivos, ni siquiera su look estuvo a la altura, pareciendo un viaje ácido de John Wick. Carrie Anne Moss es la única actriz de la trilogía original que vuelve para darle clase al film, con una interpretación llena de carácter que se adecua al surrealismo del universo.
THE MATRIX: RESURRECTIONS es una síntesis de lo que fue la trilogía original, una idea que empezó siendo interesante y que con el tiempo paso a ser cualquier cosa. El error fue el enfoque, querer hacer de ésto una secuela de las originales cuando tenían la posibilidad de contar con otra de las encarnaciones del elegido o, mejor aún, una MATRIX en donde las primeras tres trilogías sean realmente una ficción. Una oportunidad desaprovechada, por mí parte me voy a volver a ver ANIMATRIX para sacarme el mal sabor de boca.
Calificación 4.5/10