La redención de una saga.
Todo está inventado, lo original cada vez es más escaso y si llega algo nuevo pasa desapercibido, en cambio en la industria es cada vez más común ver secuelas, reboots o remakes, pero ¿qué obtenemos si combinamos todos estos géneros? Fácil, Matrix Resurrecciones.
Con Lana Wachowski en la silla de directora (está vez sin su hermana, con quien había dirigido la trilogía a principios del 2000) nos brinda un enorme regreso de las aventuras de Neo, Trinity y compañía.
Alejándonos del conflicto hombres contra máquinas, Matrix vuelve con un nuevo conflicto, que se adapta a los tiempos actuales pero a su vez resulta familiar para los fans que vieron al filme estrenarse. Esta vez la película tiene un enfoque más emocional que trabaja la relación de Neo con Trinity, nuevamente en la piel de Keanu Reeves y Carrie-Anne Moss, quien pese a los casi 20 años nos demuestran que su química continúa intacta.
¿Es necesario tener vistas las entregas previas? No necesariamente y acá es donde entra lo nuevo que ofrece Matrix en esta época, donde no se siente como una secuela sino que le da independencia de la saga pero a su vez nos da grandes detalles memorables como las escenas en cámara lenta o la dualidad de las pastillas rojas y azul que se convirtieron en un dicho popular a través de los años. Detalles que tal vez si no viste las entregas previas no te genera nada, aunque a su vez te incentiva a verlas. Algo contradictorio que a su vez funciona como marketing.
Como dije antes, Matrix Resurrecciones no se siente ni como secuela, pero tampoco reboot (donde nos introduce a través de sus personajes a aquellos que no vieron jamás alguna película) o remake (donde tenemos recastings de personajes como Morpheo o el Agente Smith) sino un filme personal de la directora, que luego de haber perdido a sus padres sintió la necesidad de hacer y eso se refleja en su película, que habla sobre los reencuentros, algo que se siente reconfortante y que pese a tener malos momentos (si, como pasó en Revoluciones y puede pasar en relaciones personales) siempre da placer verlas de nuevo.
Tal vez no se vea como una potencial nueva saga, pero sí es una cuenta pendiente que tenía su directora y que nuevamente como su primera entrega, que marcó un antes y después en el cine, nuevamente con Resurrecciones estamos ante un nuevo subgénero que seguro va a marcar tendencia en los siguientes años.
No es la primera ni la última que lo haga, pero como se dice en el filme, no importa cuántas veces cuentes una misma historia, sino cómo la cuentes.