Mauro, ganador del Premio Especial del Jurado en el [16] BAFICI, es el primer largometraje de Hernán Rosselli y cuenta con gran realismo la historia de un falsificador de billetes.
Verdadero/Falso
Mauro (Mauro Martínez) es pasador de billetes falsos. Durante el día recorre ferias y negocios comprando cualquier cosa para cambiar los billetes falsos, y de noche cambia billetes más grandes en bares y boliches. Siempre se mueve solo, es un tipo callado y discreto. Luis y Marcela viven juntos esperan un hijo. Mientras tanto, Luis y Mauro deciden ir un paso más allá y montan un taller de serigrafía casero para falsificar los billetes artesanalmente. Paralelamente, Mauro conoce a Paula en un boliche y empiezan a salir, y aparecen planes más ambiciosos para el emprendimiento de estos dos amigos.
La familia y el trabajo
mauroEn Mauro lo primero que llama la atención es el registro casi documental que utiliza Rosselli, lo cual le otorga una dosis importante de realismo a la película. En su mayor parte se usa la luz natural para iluminar y la cámara fija, tiene poca música y en su mayor parte diegética. Los planos son cercanos, en algunos casos de gran crudeza. Existe un registro minucioso del proceso de falsificación de billetes.Hay que prestarle atención a las elipsis. La narración avanza a saltos grandes, el espectador debe ir completando los datos que faltan. No hay escenas explicativas ni de sobra, el montaje es excelente.
No se muestra la marginalidad, como ya se hizo muchísimas veces en el cine argentino, acá la cosa va por otro lado. Mauro y Luis son de clase media-baja y realizan un oficio ilegal, pero no son tipos peligrosos (que igual no quita que tienen que lidiar con tipos pesados). La película habla del trabajo como necesario para salir adelante, del oficio hecho con una delicadeza y precisión que enorgullece a quienes lo realizan. Vemos a la familia que construye Mauro con Luis y Marcela, la ternura de ese vínculo y sus códigos. Todo desde cerca y con la zona sur conurbano como marco de la historia, con sus asados al sol, la banda de heavy metal, la estación de tren y sus ferias.
Conclusión
La ópera prima de Hernán Rosselli es una bocanada de aire fresco para el cine argentino. Renueva el realismo y la estética del conurbano, y el elenco hace un trabajo tan espectacular que nos hace pensar que no son actores profesionales. Mauro brilla por su construcción y por su veracidad y, al igual que sus protagonistas con sus billetes, Rosselli nos entrega un producto ficticio que parece más verdadero que la realidad.