“Max Steel”: un disparate robotizado
La adolescencia es esa época en la que los jóvenes empiezan a experimentar cambios en su anatomía, pero Ben Winchell ya está grandecito para sorprenderse por los excesos de energía en su mano derecha. "Max Steel" da para el chiste fácil, y tomarse este desastre jocosamente es la única esperanza de diversión.
La historia es imposible. Winchell es Max, el hijo de un misterioso científico muerto durante un confuso accidente, que vuelve con su madre a su pueblo natal y pronto se ve poseído por una extraña sobredosis energética, además de ser perseguido por sicarios y, más extrañamente, acompañado por un robotito volador llamado Steel que dice ser extraterrestre. Para que Max y el alien Steel completen su simbiosis en el superhéroe Max Steel, y empiecen a salvar el mundo, se demoran dos tercios de insípido metraje con secuencias en las que no pasa mucho. Dos buenos intérpretes como María Bello y Andy Garcia se ven arrastrados a este flojo entretenimiento donde en el que lo mas rescatable son las pavadas más o menos graciosas que dice Josh Brener, a cargo de la voz del alien.