El 26 de junio de 2002, durante un enfrentamiento entre piqueteros y policías, fueron asesinados en las inmediaciones de la estación ferroviaria de Avellaneda los jóvenes Darío Santillán y Maximiliano Kosteki.
La Asociación de Documentalistas Argentinos (DOCA), puso esta vez su mirada en la trayectoria de Maxi Kosteki y para ello se valió del recurso de la figura de un muchacho que se prepara para seguir sus pasos. Guiado por los interrogantes que le despierta su figura, se acerca a las hermanas de Kosteki, a un profesor de dibujo y a un grupo de amigos que le refieren aspectos poco conocidos de su vida. Según revelan los entrevistados, había desdeñado desde niño la escuela y el trabajo para seguir su vocación de dibujante y de músico.
Recortes de diarios y revistas y fragmentos de noticieros y programas de TV van pautando el recorrido no sólo de Maxi, sino de las situaciones sociales y políticas que estaba viviendo la Argentina al momento de su muerte. La cámara, que salta de los relatos de las hermanas de la víctima a mostrar su niñez y adolescencia, se transforma en los ojos y oídos que permiten descubrir la existencia de alguien que creyó que la salvación estaba en enfrentar a las hipocresías de la sociedad a través de su forma de vivir y de pensar.