En Máxima precisión conocemos a Tommy Egan un oficial de la Fuerza Aérea encargado de dirigir los ataques con drones en la lucha contra el terrorismo. Matando diariamente gente a distancia, pronto comenzará a cuestionarse su papel en una guerra que parece no tener fin. Ethan Hawke se pone en la piel de este antihéroe que se aleja radicalmente del "sueño americano" en una película de narrativa lenta pero contundente. Contada desde un montaje intenso, el director Andrew Niccol logra que la tensión dramática del relato crezca a medida que avanza el metraje mientras nos deja apreciar una mirada crítica contra los procedimientos políticos de su país. No es la típica cinta bélica, y hasta puede resultar monótona, pero es clara, sincera y original.