Llegó el final de la trilogía Maze Runner y aunque la secuela estuvo un poco floja, ésta vez lograron reivindicar la saga y darle un buen cierre.
Vimos pasar la saga de Los Juegos del Hambre, la fallida Divergente (todas con personajes femeninos a la cabeza) y en un nuevo mundo post-apocalíptico las aventuras y desventuras de Thomas llegan a su fin, con una cinta de dos horas de duración titulada Maze Runner: La Cura Mortal.
Aunque al principio creí que iba a ser sumamente tediosa, tengo que ser honesta, los guionistas supieron resolverla bien. Nuevamente se alejaron bastante de la obra de James Dashner, pero las bases, el espíritu y algunas escenas son claves y podremos verlas en la película y eso es gratificante cuando de adaptaciones se trata.
Thomas (Dylan O’brien), Newt (Thomas Brodie-Sangster), Sarten (Dexter Darden), Brenda (Rosa Salazar) y otros personajes que conocimos en Maze Runner: Prueba de Fuego se unen para rescatar a Minho (Ki Hong Lee) y enfrentar a la Dra. Ava Paige (Patricia Clarkson), Janson (Aidan Gillen) y la recientemente traidora Teresa (Kaya Scodelario), mientras la enfermedad continúa expandiéndose sin que aparezca la cura.
Los efectos especiales son claves y si bien hay croma por doquier, no resultaba tan falso a la vista, de hecho la ciudad regida por CRUEL era sorprendentemente atractiva. Escenas de acción muy bien logradas, diálogos y situaciones previsibles aunque es justo decir que la mayoría de esas escenas, fácilmente predictivas, fueron creadas y no eran escenas que de hecho encontremos en el libro.
Punto para Dashner. Sin dudarlo Maze Runner: Correr o Morir fue la mejor de la saga pero en ésta tercera parte se puede decir que consiguieron darle un digno final a una historia que rogaba por un cierre.