Nacida como homenaje al manga japonés y celebración del arte de su creador, Go Nagai, la nueva aventura de Mazinger Z es un cuerpo cinematográfico híbrido, escindido entre la majestuosidad de los robots y el poder visual de los fotones y una sensibilidad de espíritu humanista que consigue en las alegorías y los viajes interiores su mejor forma. Pese a estar teñida de un aura de nostalgia, el regreso de Koji Kabuto -convertido, después de la guerra, en científico- y su ancestral disputa con el Doctor Infierno consigue sintonizar con la conectividad de estos tiempos, el peligro del poder globalizado y una estética que en su ambición de espectacularidad se revela excesivamente fragmentaria.