Cabezas parlantes
Sin llegar a la equilibrada AB, repitiendo al menos en lo conceptual el juego entre ficción y documental, con Me perdí hace una semana se confirma que Iván Fund es un realizador en permanente estado de búsqueda más allá de lo estético y que toma al cine y a la cámara como medio más que como fin.
Jugar al extremo con la idea de representación al romper un código y exponer de manera explícita el artificio de la cámara implica en este caso que los actores que interpretan los personajes expresen sus emociones o cuenten experiencias a cámara.
El microuniverso de un barrio en el que coexisten una pareja a punto de separarse, un tarotista gay que busca ser el alma de la película y a veces lo consigue y una mujer madura que no desea ser madre son los pilares temáticos en los que se apoya el opus de Fund. S
in embargo, un carácter disruptivo y cierta digresión a la hora de unir las pequeñas anécdotas arrebatadas a la realidad sin permiso le juegan en contra a la propuesta y a veces la tornan un tanto críptica o la envuelven en un hermetismo poco saludable.
No obstante, Me perdí hace una semana que también se conecta con perros, búsquedas y pérdidas -como ocurre en AB- logra por momentos crear climas de intimidad y verdad únicos, algo que a esta altura tratándose de Iván Fund no es mera casualidad y refleja un agudo poder de observación y síntesis difícil de emular.