El amor en la era de la fobia social
La vida moderna hipertecnologizada y los fracasos de pareja han hecho de Mariana y Martín dos jóvenes socialmente fóbicos. Mariana es arquitecta aunque trabaja de repositora de vidrieras en un local fashion. Su frustrado crecimiento profesional va de la mano del truncado desarrollo afectivo y personal. No ha podido –como ella misma dice- construir nada sólido o habitable, ni en lo urbanístico ni en el ámbito de las relaciones interpersonales. Martín es un diseñador de páginas web que se ha adecuado a la vida virtual y cómoda de las interacciones informáticas que le permiten prácticamente no tener contacto con el mundo exterior.
El relato va desarrollando cada una de estas situaciones y mostrando los diversos entrecruzamientos entre los personajes, cuya función es mostrar al espectador la identidad en los caracteres y la tragedia de la vida de dos sujetos destinados a estar juntos pero existir por separado.
La película responde correctamente a la estructura clásica del género de la comedia romántica: una unidad originaria, separada por la fatalidad, pero al mismo tiempo destinada a reunirse finalmente por medio de una serie de peripecias. Pese a reproducir un esquema tradicional, el relato presenta una interesante frescura en el tratamiento del contenido al tematizar como núcleo narrativo el contexto del aislamiento individual y el reemplazo de las relaciones personales por la tecnología.
Al contrario de las comedias románticas norteamericanas del mismo género (Amigos con derechos, sólo por mencionar la más reciente) donde se enaltecen las relaciones mediadas por interfases tecnológicas, al mismo tiempo que se pone como único valor posible el desarrollo individual, el film argentino toma como núcleo conflictivo precisamente dichas mediaciones.
Gustavo Taretto desarrolla inteligentemente las limitaciones patéticas de un mundo contemporáneo aislante, alienante, que por un lado permite incrementar el consumo de tecnologías que permitirían un mayor contacto con nuestros amigos y familiares, al tiempo que nos quita la posibilidad real de tomarnos ese tiempo para hacerlo.
El film, sin embargo comete –a mi juicio- dos errores: en primer lugar, se redunda por demás en enfatizar los desencuentros entre los personajes. En segundo lugar, el desenlace resulta demasiado precipitado, lo cual termina dando la impresión de un final artificial a lo deus ex machina. No obstante, el argumento está plagado de monólogos en voz en off muy eficaces y bien resueltos, tanto en forma como en contenido.
Cabe destacar además la excelente musicalización. Una buena oportunidad para ver una comedia romántica diferente.