Megalodón es una película donde resulta clave la compañía que tengas a tu lado en el momento de disfrutarla en el cine.
Si la ves con amigos que tienen la misma afición que vos a las propuestas bizarras puedo asegurar que es una fiesta, pero la misma experiencia solo o con gente que no se engancha demasiado con estas cosas tiene un efecto diferente.
En lo personal la disfruté bastante pero no puedo dejar de objetar una enorme debilidad que le resta muchísimo a este estreno.
Lamentablemente el estudio Warner arruinó esta película en su intención de brindar un corte no apto para menores de 13 años, donde las secuencias de acción resultaron muy editadas.
Esta misma historia con el tratamiento que le dio el director Alexandre Aja a la remake de Piraña, donde el gore estaba centrado en el humor negro, hubiera sido la gloria.
Sobre todo por el hecho que el film ya se potencia con todos los diálogos cutres que tiene y un Jason Statham en modo Dios que brinda uno de los roles más divertidos de su carrera.
Al cortar las secuencias de violencia (y cabe recordar que el propio Statham hace unos días se quejó por esta cuestión en los medios de prensa) el papel del Megalodón quedó muy desangelado.
Al film de Jon Turteltaub (La Leyenda del tesoro perdido) le falta más sangre porque con este tratamiento conservador el concepto de la historia pierde su atractivo.
Tenés un tiburón gigante que representa una gran amenaza (no importa que la idea sea absurda) y cuando ataca a sus víctimas no se luce porque las escenas están planteadas para que el público pre-adolescente pueda entrar al cine.
Ante este inconveniente el trabajo de Turteltaub encuentra su mayor sostén en la desopilante interpretación de Statham, quien trae de regreso al arquetipo supremo del héroe de acción de los años ´80.
Jonas, el rol que encarna en esta propuesta, no es otra cosa que el hijo no reconocido de John Matrix (Schwarzenegger) en Comando.
Si Matrix hubiera tenido una relación extra matrimonial donde nació un hijo, Jonas sería su digno heredero.
Sus hermosas frases trilladas, la expresión corporal y el modo que en encara la acción con humor nos remite claramente a Arnold en aquel clásico.
El supermacho recio e invencible que este caso no se enfrenta solo a un ejército sino a
un tiburón gigante.
El resto del reparto está para acompañar ya que las verdaderas estrellas de este film son Statham y el Megalodón que cada tanto logra tener algún momento decente.
Entiendo que a mucha gente le pueda resultar una idiotez esta película pero para el amante del cine del cine bizarro es una opción que se disfruta en la pantalla grande.
No esperen la orgía lisérgica de Sharknado porque esto va por otro lado, si bien Turteltaub ofrece numerosas situaciones ridículas como para pasar un buen rato.
Ojalá en una probable continuación (está funcionando bien en la taquilla norteamericana) el estudio se juegue un poquito más con el tratamiento de la acción.