Jurasicc Shark: Jason Stathan y un tiburón duro de matar.
Desde que vimos el primer tráiler de Megalodón, inevitablemente nos sentimos atraídos. ¡Sí! Otras de tiburones gigantes que se devoran todo al paso. Si bien el clásico de Spielberg es un referente, siempre estamos esperando que nuevas criaturas nos sorprendan, más con el avance tecnológico que hoy en día experimenta el sector audiovisual. Ya vimos hasta dinosaurios recreados a la perfección, y nuestro Meg va por ese camino, ya que es un tiburón extinto hace millones de años.
¿Y cómo un escualo de miles de años llega a las plácidas aguas del océano Pacífico? Resulta que un multimillonario ha invertido millones de dólares en una plataforma submarina que investiga, o vigila, lo que sucede bajo el agua. Allí se encuentra un grupo internacional de científicos, liderado por un biólogo chino, que estudian los fenómenos que se presentan. Y sucede algo inesperado que puede marcar un antes y un después en la biología marina: tienen la posibilidad de traspasar lo que creen que es una aparente capa que lleva a una profundidad nunca antes explorada.
Efectivamente, al traspasar la sima, descubren un nuevo y sorprendente ecosistema marítimo. Aquí habita el colosal megalodón, que atacará, y atascará, al sumergible y la tripulación, que fue a investigar la inhóspita área. Y aparecerá el otro protagonista, Jonas Taylor (Jason Statham), todo un especialista en rescates de esa índole. Borrachín, rebelde, pero adorable, llevará a cabo con éxito la misión, pero trayendo en sus espaldas al súper tiburón, que logrará escaparse de su hábitat. El monstruo marino será una amenaza latente para todo el que navegue por el lugar, incluida una playa repleta de turistas.
Indudablemente Megalodón, es una súper producción, con todos los efectos especiales a su disposición para recrear al temible tiburón y sus feroces ataques. Si bien hay ciertos guiños a la de Spielberg, aquí hay poca escenas de playa y veraneantes en peligro, así como agua teñida de sangre. Se centra más en la persecución de la tripulación al escuálido en pos de detenerlo antes que provoque estragos en el común de la ciudadanía. Quizá es ese gore típico del subgénero lo que le falta a la cinta, más mordidas, miembros amputados y gente gritando; o esas escenas tan creativas en la que ataca el pez carnívoro.
Pero vale rescatar la tensión narrativa que se genera a lo largo del metraje, cuando sabemos que la trama no importa tanto al haber un tiburón de protagonista. También hay un romance, una niña muy empática, un equipo que tiene química… y sobre todo un Jason Statham querible, con mucho punch. Sin dudas los amantes del género la van a disfrutar.