Megalodón

Crítica de Matías Lértora - Cines Argentinos

Por motivos que escapan a toda lógica, nos encantan las películas sobre tiburones
(gigantes) asesinos. O por lo menos hay un gran público para este tipo de producciones.
Ya sea la obra maestra de Spielberg Jaws (1975) o la franquicia -tan horrible que es
buena- Sharknado, del canal SyFy.
Sea como sea, los años pasan y estos seres del océano siguen nadando por las distintas
tipo de pantallas.
El secreto para disfrutar Megalodón como se debe es no tomársela en serio. O sea, no
apuntar contra su verosimilitud, ni contra sus artistas.
Bajo la vara estricta del arte, la película sale perdiendo por todos lados. Pero si la
tomamos como puro entretenimiento se disfruta.
El film es consciente de esto, los realizadores apuntaron hacia ello y lo lograron.
Pero hay un lugar en donde pierde, y es en el tono bajo de violencia y sangre. Porque
daba a full para eso, y el estudio (para mantener una calificación de “apta para mayores
de 13”) no se la jugó.
De todos modos, hay sensacionales secuencias en donde Jason Statham demuestra una y
otra vez, que es el gran heredero de los héroes de acción de los 90s (junto a The Rock,
claro).
Los diálogos son horribles, one-liners sin sentido y mal estructurados. Pero es parte de
la identidad del film y los diferentes personajes.
El resto del elenco se encuentra en esa sintonía, donde los vínculos no son creíbles, y
sin embargo es imposible no pasarla bien con eso.
El director Jon Turteltaub maneja bien los tiempos y estructura de una película de este
calibre e impronta, pero no hay un valor agregado como para destacar.
Megalodón es entretenida y daba para más, con un guión un poco mejor hubiera sido
una gran película dentro de esta temática.
Aún así, es una gran opción para divertirse en el cine.