Megamente viene de Dreamworks Animation, creadores de Shrek y el único estudio de animación digital capaz de darle pelea al largo reinado de Pixar en el género. Para ello la factoría de Spielberg ha hecho hincapié en generar un perfil propio mediante el uso de un humor más ácido y políticamente incorrecto, lo que ha contribuido a desacartonar el género. En ese sentido, Megamente vendría a ser la respuesta de Dreamworks a Los Increíbles (2004), mezclada con gotas de Mi Villano Favorito (2010).
Es posible que por allí pasen los problemas de la película. Uno no puede dejar de notar el gran respeto por el género de superhéroes que han puesto los creativos del filme pero, a su vez, hay un tufo bastante fuerte a ideas recicladas que termina por exterminar cualquier dejo de originalidad que pudiera tener. Si Los Increíbles era la versión Pixar de Los Cuatro Fantásticos, Megamente es la visión Dreamworks de la mitología de Superman, en donde el chiste radicaría en que Lex Luthor debe transformarse en el héroe del día. Hay numerosas alusiones a Superman - el origen, con chico alienígena lanzado al espacio mientras su mundo natal perece en una gigantesca explosión; los super poderes adquiridos al llegar a la Tierra; abundantes homenajes a la película de Richard Donner de 1978, con otro vuelo por las nubes entre la reportera y el héroe (sólo que aquí las cosas salen para el diablo, y el responsable es el sicópata super poderoso creado por Megamente); y referencias varias, que van desde la Fortaleza de la Soledad hasta un esquema similar a la historieta La Muerte de Superman (1992) - y, a su vez, el filme sigue un patrón similar a Mi Villano Favorito: el malo de turno conoce a alguien que termina por ablandarlo y se hace más humano.
Este es un filme que hubiese querido que me gustara; lo que termina jugándome en contra es mi cultura cinematográfica. No paraba en pensar que tal o cual escena estaba tomada de tal o cual filme, como - por ejemplo - la horda de secuaces que sigue a Megamente y que está calcada de Mi Villano Favorito. Pero aún, librándome de todos mis pre-juicios (está bien escrito!), no puedo dejar de pensar de que ésta es una parodia a la que le falta filo. Las perfomances vocales son muy buenas, la animación es sensacional (cuándo harán un filme de Superman con esta técnica?), y no hay nada malo con el libreto, pero ... los resultados se ciñen a sonrisas más que risas. Es cierto que en el tercer acto - Megamente contra el engendro superpoderoso que ha creado - el filme mejora mucho su puntería, pero nunca termina de ser hilarante.
Megamente es simpática y sirve para pasar el tiempo, pero es una pálida sombra de lo que podría haber sido. Resulta increíble que con tamaña cantidad de talento reunido - produce Ben Stiller, y figuran como consultores creativos Justin Theroux y Guillermo del Toro -, el producto final termine siendo algo tan tibio. Le faltan chistes y le falta un poco más de corazón. A mi juicio es un producto correcto, y no mucho más que eso.