Megamente

Crítica de Marcelo Cafferata - Revoleando Butacas

Una mente villanamente inquieta

Como en un gran flashback, mientras nuestro protagonista -Megamente-, cae al vacio, nos iremos enterando la historia de cómo es que llegó hasta allí.
Y si, para contar una historia, muchas veces vale la pena iniciarla en su principio. Es así como el guionista nos transporta hasta el momento en que por una explosión planetaria inminente, los padres de Megamente (aún un pequeño bebé) deciden, cápsula mediante, enviarlo a la Tierra para tratar de salvarlo de la catástrofe. Y ya desde su viaje para llegar al planeta Tierra, empezará una disputa cuerpo a cuerpo con quien será la contrafigura que haga sostener su lucha más encarnizada: el super héroe Metro Man.

Después de mil y un intentos, Megamente en uno de sus planes maléficos, logra matar a Metro Man cuando por enésima vez secuestra a su amada, la reportera televisiva Roxanne Ritchi, y esta vez... logra su objetivo.

A partir de allí, muerto el superhéroe, nada será igual ni en la vida de la ciudad ni en la vida de Megamente. Por más que ahora tiene la posibilidad de hacer lo que le plazca, apoderarse de toda la ciudad, bañarse en dinero y controlarlo todo, Megament ha perdido a su rival y es evidente que de esta firma, su vida ha perdido sentido: y tan así es que su próximo plan será inventarse un rival bueno para que le oponga resistencia!

Dreamworks viene logrando productos de excelencia como ya lo había demostrado con "Como entrenar a su dragón" una historia cuyo guión no se había resignado solamente a la búsqueda de una perfección técnica y una historia entretenida, sino que lograba también profundizar en diferentes temas -en ese caso revisaba los mandatos paternos, el vinculo padre e hijo y el sentido de pertenencia familiar- que hicieron que el producto superara la media y que fuese atractivo tanto para los grandes como para los chicos.

En este caso primeramente se rinde un homenaje a las películas de superhéroes haciendo particular hincapié en la historia de "Superman" como referencia más inmediata y la que le dedica los mayores y mejores guiños (la reportera, el cobre como elementos debilitador, los vuelos sobre la ciudad con la protagonista femenina abrazada en vuelo al superhéroe, el diseño de la ciudad en sí misma, la doble identidad).
Pero también hay homenajes a "King Kong" con la protagonista femenina teniendo que ser rescatada del punto más alto del edificio más alto de la ciudad con helicópteros circundantes, a "Indiana Jones" -siempre hay una buena persecusión con una bola que le pisa los talones al protagonista- y más indirectamente a otros productos contemporáneos como "Monsters vs. Aliens" (el pez que acompaña a Megamente es simpatiquísimo y tiene algunos de los momentos más disparatados del guión) y la película de lucha entre villanos como "Mi villano favorito" otro gran producto de animación de este año.

Lo interesante del planteo del guión es el tema de la inevitable convivencia entre el Yin y el Yang, elementos indisolubles, complementarios, suficientes y necesarios para cualquier equilibrio.
Nuestro villano necesita imperiosamente a alguien bueno que oficie de contraposición para que su vida tenga sentido ya que cuando su contrafigura desaparece, se va junto con él parte de su personalidad, de su razón de ser. Una rivalidad que ya conocimos en Amadeus-Salieri, esas que se retroalimentan y crecen, se perfeccionan, mejoran, se atraen.

Sabemos que todos los superhéroes y los villanos tienen un porqué, un conflicto que los ha hecho nacer. En el caso de Megamente su principal conflicto es haber tenido que ser malo ante la imposibilidad de ocupar el lugar de bueno que pensaba que era su destino. Y es entonces su dualidad permanente, la frustración que se le presenta teniendo que ser malo cuando en realidad no era ese el objetivo que pensaba para su vida.

Llena de gags que quizás sean más disfrutados por los adultos que por los más pequeños, con un ritmo que no decae en ningún momento, "Megamente" se convierte no solamente en un film de animación con una lujosa técnica a su servicio sino también con un guión ingenioso que deja pensando y que muestra los puntos débiles y sentimentales tanto de héroes como villanos, el equilibrio de un sistema donde para que cada uno tenga su lugar de pertenencia siempre tiene que haber un otro para que ésto tenga sentido.
No estamos solos.
Hay dos caras para una misma moneda.