Mi (otro) villano favorito
OK, es cierto que DreamWorks vuelve a apelar con Megamente a la misma fórmula que Universal explotó hace pocos meses en Mi villano favorito; es decir, la de un malvado profundamente querible que termina siendo más simpático y comprador que los "buenos" de turno. OK, también es cierto que hay unos cuantos elementos en común con Los Increíbles de Pixar o que el poderoso personaje de Roxanne se parece demasiado al que Reese Whiterspoon encarnaba en Monstruos vs. Aliens. OK, admito también que las referencias pop y el uso de canciones (como el tema Bad de Michael Jackson que cierra el film) que utiliza la compañía de Jeffrey Katzenberg a esta altura son un poco obvios y pueden cansar un poco… Sin embargo, a pesar de todo eso, Megamente es una más que digna comedia familiar tanto desde su impecable acabado visual concebido para pantalla ancha y salas digitales 3D como en su irónica, por momentos satírica exploración de los arquetipos del cine de superhéroes.
Otro de los grandes hallazgos (y espero que lo puedan disfrutar en la Argentina en versión subtitulada) es el extraordinario aporte que desde las voces hacen el inmenso Will Ferrell (Megamente), Tina Fey (la valiente periodista Roxanne), Brad Pitt (el hastiado superhéroe Metro Man) y Jonah Hill (un patético camarógrafo gordito que se convierte en un todopoderoso villano).
El director Tom McGrath (el mismo de la saga de Madagascar) vuelve a hacer bien los deberes de la escuela DreamWorks (con todo lo bueno y lo malo que eso implica) para una película a todo ritmo, vértigo, color y gags. Quizás le falte un poco de sorpresa y de “locura”, pero más allá de cierto cálculo y de su excesiva prolijidad siempre están las irrupciones geniales de Ferrell para hacer de Megamente (el personaje y la película) algo especial y, por él, inolvidable.