Mejor que nunca es el debut en el cine para la directora Zara Hayes, una mujer que tuvo una carrera principalmente marcada por documentales y que ahora llega con esta comedia liviana para todo tipo de público.
La trama nos contará la historia de Martha (Diane Keaton) una mujer de New York que decide mudarse a una residencia privada para gente mayor debido a que sufre de cáncer y quiere pasar sus últimos días en tranquilidad. A los minutos de haber llegado a su nueva casa, conoce a su vecina Sheryl (Jackie Weaver) una mujer alegre y divertida que no para de meterse en situaciones hilarantes. Al aproximarse un concurso de talentos en la residencia, ambas deciden formar su propio club de porristas con otras habitantes del campus.
La base y columna vertebral de la película es sin dudas las actuaciones de las legendarias Diane Keaton y Jackie Weaver. Y aunque no realizan unas performances memorables, crean una química actoral muy simpática y divertida. Las situaciones de comedia no son forzadas y para nada rebuscadas, eso es algo bueno porque pone al espectador en una posición simple en la que no lo trata de convencer de algo que no fue a ver. Hay que aclarar que la historia cae en muchísimos clichés: enfermedades, amores, emoción e autosuperación pero como mencioné, es aceptable y no algo cuestionable.
La idea central del film se ha visto en otras propuestas en el cine pero que al estar conformada por mujeres de edades mayores, le da ese plus que realmente trata de contar. Algo clave que quiere traer la historia a la mesa de discusión es el destrato que muchas veces reciben los ancianos, viéndolos como personas que ya no sirven o que simplemente tienen que dejar de perseguir sus sueños.
Mejor que nunca es una película con una comedia muy apta para todo público que bien se podría ver en el cable una tarde de domingo, pero que seguramente sirva también para una salida familiar al cine.