Previsible y desperdicio de un gran cast. El problema no es el qué sino el cómo.
La comedia geriátrica en plan femenino: una señora (Keaton, siempre grande, hasta en lo pequeñísimo) se muda a un campo de jubilados y, para no aburrirse, crea con otras residentes un grupo de cheerleaders.
Eso es casi todo, más las falsas gracias de tener que pelearse con la osteoporosis (aclaremos que esto no lo escribe un jovencillo, tampoco).
Previsible y desperdicio de un gran cast. El problema no es el qué sino el cómo: está filmada a desgano, sin creatividad ni tempo narrativo.