Mejor Que Nunca: Volver a empezar.
Llega una comedia liviana que reflexiona sobre el envejecimiento, las enfermedades y la posibilidad de alcanzar los sueños sin importar la edad. Diane Keaton protagoniza “Poms”, una comedia sobre las deudas pendientes.
Zara Hayes debuta en ficción con esta película que sin demasiadas pretensiones busca dar un pantallazo sobre ciertas problemáticas que afrontan las personas durante la vejez, su forma de lidiar con la adversidad y las posibilidades de alcanzar viejos objetivos gracias a nuevas miradas. “Mejor que Nunca” es una comedia menor que se encarga de presentar todos los lugares comunes y clichés que le permite tanto el género como este tipo de historias con personas mayores que se encuentran transitando la tercera edad. No obstante, gracias a una ajustada química entre las intérpretes, a ciertos pasajes divertidos y a un elenco casi enteramente femenino que viene a demostrar la nueva tendencia igualitaria en las producciones de Hollywood, el film se destaca por sobre la media de relatos similares otorgando un producto pasatista y medianamente entretenido. Si bien uno espera mucho más de una producción que encabezan figuras de la talla de Diane Keaton, Jackie Weaver, Pam Grier, Celia Weston y Rhea Perlman, la cinta no llega a ser el desastre estrepitoso que muchos críticos norteamericanos indicaron que era.
El largometraje nos cuenta la historia de Martha (Keaton), una mujer solitaria que tras una vida tranquila, sin hijos, ni pareja decide retirarse a una residencia de ancianos para vivir sus últimos años allí. Decide buscar un nuevo panorama para dejar atrás los inefectivos tratamientos de un cáncer terminal que viene atravesando. En dicha residencia conocerá a Sheryl (Weaver), una vivaz y alegre anciana que pasa las noches haciendo fiestas y jugando al póker con varios de los demás residentes del lugar. Ambas entablaran una amistad que las llevará a montar un equipo de porristas con sus compañeras. Pero lo que comienza siendo un hobby se acaba convirtiendo en algo más serio cuando deciden presentarse a una competición. Para ello, contarán con la ayuda de una joven porrista (Alisha Boe) que se encargará de entrenarlas.
Quizás el principal problema de la cinta sea tanto su familiaridad como lo predecible de las acciones que van teniendo lugar durante el desarrollo de la trama. Asimismo, por momentos se siente como bastante liviana la observación que se tiene sobre el cáncer y sobre los achaques de la edad, pero lo cierto es que además de que el relato está planteado como una comedia, resulta bastante destacable que en ningún momento se incurra en golpes bajos que busquen la lagrima fácil del espectador. La audiencia tendrá empatía por este grupo de mujeres gracias a una innegable química (principalmente entre Keaton y Weaver) de las integrantes del grupo improbable compuesto por grandes actrices. Por otro lado, puede ser que los gags no funcionen del todo en ciertos pasajes, pero el oficio de Diane Keaton muchas veces saca adelante la historia.
Por ahí también se nota un poco desaprovechadas a Pam Grier, Celia Weston y Rhea Perlman, por solo enumerar a alguna de las actrices secundarias que completan el elenco, aunque lo cierto es que las subtramas no están del todo trabajadas y hacen que la historia no esté del todo compensada. Por otro lado, Charlie Tahan y Alisha Boe, que hacen de los jóvenes que apoyan al grupo de ancianas, son forzados a componer un interés romántico bastante imaginable que tampoco le aporta demasiada dimensión a la narración.
“Mejor que Nunca” es un relato pasatista que ofrece un entretenimiento sin demasiadas pretensiones. Una comedia que divierte por momentos, a pesar de que sepamos y preveamos qué camino transitará hasta el final. El producto no es tan anodino como se podía pensar previo a su visionado, pero igualmente presenta varias fallas que terminan empañando una experiencia que debería ser mucho más gratificante teniendo en cuenta el gran talento de sus personas involucradas.